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miércoles, enero 07, 2009

Los problemas de crecer y crecer en los negocios...

Las tres grandes automotrices en USA levan muchos años con problemas graves, estos ya se han convertido en problemas estructurales, estas empresas son demasiado grandes, se terminaron convirtiendo en gigantes de acero con pies de barro.

Toyota fue creciendo despacio, cuidando la calidad en sus coches antes que nada, pero de pronto vio en el panorama que podía crecer más rápido y comerse un trozo de participación mayor que estaba en manos de sus rivales, y hoy en medio de la crisis -al menos eso esperamos, estar ya en el medio para poder ver la otra orilla en este 2009- se está dando cuenta que no debió acelerar su crecimiento ya que por primera vez en su historia presentará pérdidas de operación.

Los autos de Toyota que se distinguieron las últimas tres décadas por su excelente desempeño han empezado a sufrir fallas como si se tratara de un vehículo Ford o de un GM, durante el 2008 millones de unidades fueron llamadas a los centros de servicio para arreglar desperfectos que ocasionarían fallas graves de no atenderse.

The Wall Street Journal publica esta noche un excelente artículo, transcribo un párrafo: "Los defectos de calidad no hicieron que Toyota registrara pérdidas. Todas las automotrices tienen estos problemas y las calificaciones de calidad de Toyota siguen estando muy por encima de las de la mayoría del resto de las automotrices, por lo cual la compañía merece todo el crédito. El punto, no obstante, es que una expansión agresiva puede producir una serie de problemas en cualquier compañía. En Toyota, uno de esos problemas es el aumento en los llamados a reparaciones, otro es que la empresa tiene más capacidad de ensamblaje ociosa en todo el mundo de lo que tendría si hubiera elegido una expansión más cautelosa", es obvio que los dirigentes de este gigante asiático nunca se imaginaron -como pasó en el resto del mundo- que habría una gran crisis en 2008 y que les calaría hondo.

¿Cuál debe ser entonces el tamaño de una empresa? ¿Cuando se debe detener y cuando avanzar cautelosamente, cuando acelerar? Estas y otras preguntas son las que nos hacemos hoy, la respuesta queda en manos de los dirigentes de esos monstruos. 

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